jueves, 29 de octubre de 2009

Apuntes sobre Historia y Cultura Cubana


DE LA GIRALDA A LA GIRALDILLA


Una historia que une a dos esculturas, cada una emblemática en su ciudad de origen.  Las dos figuras están enlazadas por un cúmulo de circunstancias y casualidades: Una leyenda de amor que dio pie a la construcción de una escultura, un artista Habanero de origen Canario, Jerónimo Martín Pinzón y un Gobernador de la Habana de origen Sevillano, Don Juan Bitrián Viamonte, este último artífice imprescindible de esta historia, porque anhelando a su ciudad natal  bautizó la veleta con el nombre de La Giraldilla en recuerdo de su querida y añorada Giralda de Sevilla. 


LA GIRALDA DE SEVILLA 


La Giralda forma parte de uno de los edificios más representativos de Sevilla, la catedral, una de las más grandes del mundo y verdadera joya del gótico y barroco. En su día fue la torre más alta del mundo con sus 97,5 m de altura (sigue siendo el techo de la ciudad), y es sin duda una de las imágenes más famosas de la ciudad.
La Giralda de Sevilla es el minarete de la antigua mezquita almohade de la ciudad. La sección inferior de la Giralda es la originalmente construida por los musulmanes. Comenzó a construirse en 1184 por orden del sultán de Marruecos Abu Yaqub Yusuf. Para los cimientos se utilizaron piedras de antiguas construcciones romanas, algunas de estas piedras aún pueden verse en la Giralda a ras del suelo. Como curiosidad cabe destacar el hecho  de que la estructura de la Giralda consta de cuatro paredes exteriores y cuatro interiores, y entre estas se encuentra una rampa espiral inclinada que sube hasta la terraza. De esta forma era posible para el sultán y los muecines subir al minarete a caballo. La construcción se terminó en 1196 y en 1198 se añadieron arriba cuatro grandes esferas de cobre pulido que reflejaban la luz del Sol y hacían visible la ciudad a muchos kilómetros de distancia. Con sus 82 metros de altura fue durante algún tiempo la torre más alta del mundo y una de las más bellas del mundo islámico.
Cuando la ciudad fue conquistada por el rey cristiano Fernando III de Castilla en 1248 la mezquita fue adaptada para convertirse en catedral. En 1356 un terremoto destruyó parcialmente la parte superior de la Giralda, haciendo caer las esferas de cobre. Hacia 1400 se colocó una espadaña en sustitución de las partes dañadas. La mezquita fue derribada en 1433 para construir una catedral de formas cristianas, que se inauguró en 1507. Afortunadamente la Giralda se salvó de esta destrucción y continuó siendo utilizada como campanario de la catedral. Entre 1558 y 1568 se construyó un nuevo campanario renacentista (a cargo del arquitecto Cordobés Hernán Ruiz) y las secciones que se encuentran sobre este, y se colocó una gran veleta de bronce que corona la Giralda y que representa a la fe cristiana. De esta forma la Giralda adquirió su aspecto actual, con una altura de 98,5 metros.
El nombre de Giralda proviene de los giros que el viento produce en esta veleta, con paso del tiempo ese nombre pasó a denominar al propio minarete, conociéndose la figura como el Giraldillo. La Giralda continúa siendo en la actualidad el campanario de la catedral de Sevilla.
El 29 de diciembre de 1928, fue declarada Patrimonio Nacional; en 1987, integró la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Curiosidades
En la ciudad de Marrakech hay una hermana de la Giralda llamada la Kutubiyya, de menor tamaño (70 metros) y considerada obra maestra del arte hispano-magrebí. También se la considera hermana de la gran Torre Hasan (60 metros) de Rabat.
Como curiosidad muchas construcciones posteriores han copiado su forma y estructura del mundo árabe, existió una réplica a principios del siglo XIX en Estados Unidos, en el Madison Square Garden de Nueva Cork, hoy día desaparecida; así también, otra en la ciudad de Kansas City, ciudad hermanada con Sevilla.




LA GIRALDILLA DE LA HABANA


La Habana es una ciudad romántica, a pesar de sus años y de las grietas del salitre y el tiempo. El Castillo de la Real Fuerza (1539) es un baluarte de La Habana colonial que queda frente al canal de la bahía y se integra impecablemente al paisaje, con sus paredes de piedra blanqueadas por el sol y su perenne reto al tiempo desde hace casi cinco siglos. En su atalaya, situada en el extremo noroeste, se yergue una figulina estilizada que, con el decursar de la historia, ha devenido en símbolo de la ciudad: La Giraldilla.
La Giraldilla late una historia de amor, como si no pudiera ser de otra manera en una isla besada por el mar y en una ciudad que descansa junto a él. Narra la leyenda que doña Isabel de Bobadilla, casada con Hernando de Soto, nombrado por el rey de España, Carlos I, como Capitán General de Cuba, esperaba durante largas horas por años enteros, a su esposo en la torre de vigía del Castillo de la Real Fuerza, que por aquel entonces era vivienda del gobernador de la Isla. Aquella larga espera convirtió a Isabel - como a Penèlope- en un personaje legendario, que con la vista puesta en el horizonte intentaba descubrir las naves que traerían a su esposo de regreso al hogar.
Hernando de Soto había dejado a Doña Isabel de Gobernadora y partió hacia territorio del actual Estados Unidos; una vez allí recorrió varios lugares que hoy forman parte de los estados de Georgia, Alabama y la Florida. En esta travesía es cuando De Soto descubre el río Mississippi y conoce sobre una famosa leyenda que le cuentan los nativos acerca de la fuente de la eterna juventud. Aunque solo tenía 43 años, decide ir al mítico sitio, pero altas fiebres le provocaron la muerte.
Dicen que la enamorada murió finalmente de amor. Unos años más tarde un artista habanero de origen canario, Gerónimo Martín Pinzón (1607-1649), se inspiró en aquella mujer que era un símbolo de la fidelidad conyugal y la esperanza y esculpió una figura en su recuerdo. El entonces gobernador de la ciudad, Don Juan Bitrián Viamonte, cuyo mandato abarcó desde 1630 al 34, mandó a fundir la escultura en bronce y colocarla, a modo de veleta, sobre la torre añadida poco tiempo después al castillo. El gobernador Bitrán bautizó la veleta con el nombre de Giraldilla, en recuerdo de la Giralda de su ciudad natal, Sevilla.
Así, la Giraldilla se fue convirtiendo en el símbolo de la ciudad de La Habana, por tradición y por su historia, con matices de leyenda y de historia de amor. La obra original, de unos 110 centímetros de alto, se conserva en el Museo de la Ciudad y una réplica se ubicó en lo más alto del castillo.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Como siempre sorprendiendo con tus ideas, la historia la conocia porla mitad, me alegro mucho tu aporte al otro 50%, jejejejeje, continua asi q te queremos, gracias la vida por tenerte como amiga y vecina, poruqe aunque estemos lejos de nuestra ciudad natal continuamos siendo vecinos, muchas cosas lindas paar ti, con mas calma veo el site y tedigo mi opinio
Carluchi

NMG dijo...

Carluchi, el placer es mío por tenerte entre los comentaristas de este blog, me alegro de contar contigo!!... no soy una especialista en la materia, pero te aseguro que todo lo que publique aquí lo haré con objetividad y cariño!. Un abrazo muy fuerte para tí... y eres muy bienvenido a este blog!!